New Text Document (3).txt
IGATIPAM tolera 4lc0holismø, hostigamiento laboral y encubre a presunto agresor s€xu4l
• Ante una denuncia de ącosø, y en desacato a los designios de la gobernadora Evelyn Salgado, el instituto no procedió conforme a las directrices del "Protocolo Violeta"
• A pesar del ascenso de la "Izquierda" a la presidencia en 2018, el manto de impunidad generado por los compadrazgos del viejo régimen continúa vigente
✍🏻 Yahir Flores Hdz.
Chilpancingo, Gro., 01 de julio de 2025.- Para fines prácticos de esta pieza periodística, y sobre todo para salvaguardar la integridad y confidencialidad de quien me hizo llegar el testimonio de acoso laboral que a continuación relataré, nos referiremos a ella, la víctima, con el nombre de María.
Hace dos años, María se graduó como comunicóloga en la Facultad de Ciencias de Comunicación y Mercadotecnia (Facom) de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro). Entre las alternativas de Periodismo, Comunicación Audiovisual y Comunicación Organizacional, optó por especializarse en el perfil de esta última para buscar cabida dentro del mundo laboral.
Una vez que concluyó su preparación académica, por medio de la beca "Jóvenes Construyendo el Futuro", colaboró cerca de un año en un estudio fotográfico. Simultáneamente, y a sabiendas de que la beca solo era temporal, María buscaba obtener un trabajo formal en el área donde se especializó, enviando solicitudes de empleo a diestra y siniestra, y tocando puertas entre sus allegados y compañeros de generación que ya habían logrado incrustarse en el campo de la comunicación organizacional.
Fue así como en febrero de 2024, y luego de mucha perseverancia, María fue contratada como prestadora de servicios profesionales en el departamento de comunicación social del Instituto Guerrerense para la Atención Integral de las Personas Adultas Mayores (IGATIPAM), dedicándose principalmente a la creación y difusión de contenido audiovisual del Instituto a través de Internet, así como a la elaboración de boletines e invitaciones sobre las diversas actividades que el IGATIPAM llevaba a cabo.
Debido a la enorme carga laboral que implicaba ser la única empleada en el organigrama de la dirección de comunicación social, era recurrente que María permaneciera horas extras en la oficina, a diferencia de los trabajadores basificados que salían a las 3:00 de la tarde, y del personal supernumerario que se retiraba a las 4:00, únicamente el personal de la Dirección General y de la Dirección de Finanzas solían quedarse en ocasiones después de dicha hora, por lo que durante esos lapsos de tiempo María regularmente se encontraba a solas en su área de trabajo, situación que el presunto agresor, de nombre Fortunato "N", encontró como escenario propicio para tenerla a su merced, y echar mano de su "artillería en seducción".
Fue así como el día viernes 6 de diciembre de 2024, pasadas las 4:00 de la tarde, envalentonado por los estragos de su permanente embriaguez, la cual ejercía sin reparo y cotidianamente incluso en horario laboral, Fortunato "N" se adentró en el área de la dirección de comunicación, al acecho de María.
Dicharachero y con la percepción alterada, se precipitó a saludarla con lujuria disfrazada de efusividad. Evidentemente ebrio, tanto por el tufazo a licor como por el grado de su impertinencia, quemó burdamente sus naves en el intento de generar la tensión ineludible que conlleva todo ritual de cortejo, siempre y cuando sea mutuo. Evidentemente este no era el caso, y Fortunato "N" se topó de bruces con la diplomática indiferencia que María utilizaba como mecanismo de defensa para capotear las morbosas embestidas de "viejos rabo verdes" que la hacían sentir incómoda cada que la devoraban con la mirada sin disimulo, maniobra a la que recurría con frecuencia, debido a que ese tipo de individuos degenerados son como una plaga entre las huestes de la burocracia.
En ese momento María diseñaba la invitación para la posada de fin año del IGATIPAM, y al percatarse que Fortunato "N" hacía caso omiso a su desplante, optó por cerrar la pestaña del diseño que estaba realizando y fijar toda su atención en él, cayendo en cuenta de que, a diferencia de otras ocasiones, esta vez se encontraban a solas. Fortunato "N" le dijo que le mostrara lo que estaba haciendo, a lo que María respondió que no tenía autorización para mostrarlo, dejando en evidencia su nula disposición a que el intercambio de palabras trascendiera más allá del ámbito laboral.
Pero Fortunato "N" no claudicaba en sus pretenciones de entablar un vínculo más íntimo con ella, y si no se daba por las buenas, sería por las malas, inclusive por la fuerza. Indudablemente esa jovencita ocupaba que la metieran en cintura, no había aprendido que frente a un funcionario de su jerarquía, subordinarse y ser complaciente era la clave del éxito.
Acto seguido, Fortunato "N" supuestamente procedió a retirarse, despidiéndose de María dándole la mano y con un beso en la mejilla que prolongó todo lo que pudo, un momento por demás insufrible para ella, al percibir de cerca el aliento alcohólico de un tipo que la comenzaba a intolerar. Lejos de retirarse, el presunto agresor continuó insistiendo en que le mostrara lo que estaba haciendo, al tiempo que pasaba su mano sobre los hombros de María intentando acariciarla, de pronto la tomó de la barbilla mientras le decía: ¡Hay mi niña!
Ante la impresión, María entró por unos segundos en estado de shock, momento que Fortunato "N" aprovechó para volverla a tomar de la barbilla más bruscamente intentando besarla en la boca. María se opuso como pudo, y le fustigó que ella nunca le había dado motivos para que actuara de esa manera hacia su persona. Él se alejó visiblemente enojado, asegurándole a María que ya nunca la iba a volver a tocar.
Determinada a que su agresor fuera llevado a la picota y recibiera un escarmiento equiparable a su descoyunte, el lunes 9 de diciembre María informó de la situación a la titular del IGATIPAM y su jefa directa, Rosita Espinoza Ortega, quien le manifestó su respaldo total en el caso (determinación que al final resultó ser solamente una pose).
Pero la denuncia de María fue la chispa que incendió la pradera: siete de sus compañeras de trabajo y una mujer de la tercera edad que acudía a los cursos impartidos en el instituto, respaldaron con ahínco los señalamientos de María, aportando de manera confidencial sus testimonios acerca de las desafortunadas experiencias que padecieron con Fortunato "N", pero que al percibirlo como un funcionario muy influyente, y por miedo a sufrir represalias, no alzaron la voz en su debido momento. Documentado lo anterior, se interpuso la demanda correspondiente por hostigamiento laboral y acoso s€xu4l ante la Secretaría de Contraloría y Transparencia del Gobierno del Estado, así como ante la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CDHEG).
Ambas denuncias se encuentran estancadas, ya que nunca se procedió conforme a las directrices del "Protocolo Violeta", designio proclamado en 2022 por la mismísima gobernadora Evelyn Salgado Pineda, dentro de la coyuntura del combate a la violencia de género. En cuanto al papel de la CDHEG en el caso, únicamente ha reproducido el sello característico de la gestión de Cecilia Narciso Gaytán al frente del organismo; displicencia y nula sensibilidad, mostrándose más como aliada del Estado que de las víctimas.
Lo que parece inaudito, es que ni siquiera se otorgó una orden de restricción por parte de la Contraloría estatal, que en estos casos debe ser una medida cautelar básica, con la finalidad de que el presunto agresor no coincida en espacios de trabajo con la víctima, esto mientras se realizan las averiguaciones pertinentes y se deslindan responsabilidades en torno a la culpabilidad o inocencia del presunto agresor.
Pero debido al caduco e ineficiente andamiaje institucional de la burocracia, que en términos Kafkianos, se ha ganado a pulso ser catalogada despectivamente como "Burrocracía", María tuvo que convivir a diario, durante poco más de mes y medio, con el desdén y la soberbia del alcohólico degenerado al que señala de invadir su espacio personal en el intento de plantarle un beso sin su consentimiento.
El cúmulo de incomodidad e impotencia generado por este ambiente la orilló a la decisión de abandonar su trabajo a finales de enero de 2025. Vaya ironía, el presunto agresor, cobijado por un manto de impunidad, se mantiene ileso y fuera del alcance de la justicia. En cambio la víctima, priorizando su estabilidad emocional, se vió obligada a separarse de su puesto de trabajo. La ironía radica precisamente en que el "Protocolo Violeta" dictamina que debería ser todo lo contrario.
En palabras vertidas por el propio Fortunato "N" entre corrillos del IGATIPAM, la demanda de acoso s€xu4l en su contra no procedería, debido al respaldo irrestricto de sus "Cuates": Julián Díaz López, director de asistencia social del O.P.D. IGATIPAM, e Hilda Ruth Lorenzo Hernández, actual subsecretaria de Bienestar del Gobierno del Estado y exdirectora general del O.P.D. IGATIPAM. Hasta el día de hoy, los hechos le han dado la razón a Fortunato "N"; porque con todo y "Protocolo Violeta", la demanda de María le hizo "lo que el viento a Juárez".
← Back to folder